EI1

Gritas por tus compañeros a pleno pulmón.

Estás solo...; sí, tienes a tu fiel compañero Ronin contigo, pero nada sabes de tu prometida, ni de la tripulación del Black Swan. Tus recuerdos siguen confusos, aunque cada vez menos. No pueden estar muy lejos, y quizás también estén en apuros. Tienes la esperanza de que respondan:

—¡Lucy, Lucy! —gritas una y otra vez, sin éxito, pero insistes—. ¡Lucy, Michael! ¿Podéis oírme?

De súbito, escuchas un sonido aterrador que ahuyenta toda la esperanza de encontrar a tus compañeros:

—¡Alarm, Alarm!

Tus gritos han llamado la atención de una patrulla de paso.

Una pareja de soldados nazis corre hacia tu posición acompañados por el crujir metálico de las correderas sobre la recámara. Los gritos de aviso en alemán te hacen recordar la última vez que viste a tus compañeros con vida. Adviertes el peligro como un escorpión trepando por la espalda.

Tiras de Ronin en silencio y te escondes tras unos matorrales, justo en el momento en el que la patrulla llega a la playa; donde estabas enterrado hace unos momentos. Los soldados se paran sobre el socavón que has dejado en la arena, e intercambian algunas palabras. Tus huellas delatan la ruta de escape.

Uno de los soldados hace sonar un silbato; el otro comienza a husmear. No tardará mucho en dar con tu escondite.

¿Qué haces? A continuación, tienes 2 opciones:

Opción 1: Te pones en pie y echas a correr hacia la selva; sabes que Ronin te seguirá. Dentro de la tupida jungla será casi imposible que te encuentren. Pincha aquí.

Opción 2: Esperas que se acerquen un poco más, manteniendo la sangre fría, y te abalanzas sobre ellos haciéndoles frente con tu navaja. Jamás has rehusado un combate, y ésta vez no iba ser menos. Pincha aquí.