Los Tres Mosqueteros, La Fuga de Logan, La Isla del Doctor Moreau, El Secreto del Sahara, Asesinato en el Orient Express, y muchos otros títulos acuden a nuestra mente cuando nombramos al gran actor Michael York (1942, Reino Unido). Ya hace algún tiempo publiqué un artículo sobre otra leyenda viva, Richard Chamberlain (curiosamente, ambos trabajaron juntos en las películas de los mosqueteros), y ahora toca el turno de elogiar a otro de los actores que encarnaron al héroe pulp en los setenta y ochenta.
En lugar de reseñar una antigua película, como viene siendo costumbre, hoy haremos una excepción y hablaremos de una serie de TV actual de ciencia ficción, Sueños Eléctricos, basada en los relatos del célebre Philip K. Dick, autor de la obra que dio pie a Blade Runner. Consta de 10 episodios de aproximadamente 50 minutos de duración cada uno, todos ellos independientes, al estilo de las antiguas series de televisión de relatos tipo “Más allá del límite” (The Outer Limits, 1963-65; 1995-2002) o “En los límites de la realidad” (también conocida como Dimensión Desconocida, o The Twilight Zone en inglés, 1959-66; 1985-89; 2002-03). Aunque actualmente existen otras series similares, como Dimensión 404, «Electric Dreams» me ha parecido bastante buena y mucho más interesante que el resto (Dimension 404 no me gustó nada y ni siquiera la terminé de ver).
Hoy toca hablar de un clásico noventero de la filmografía pulp, la adaptación de la novela gráfica The Rocketeer de Dave Stevens, publicada por primera vez en 1982 por la editorial Pacific Comics (Starslayer, nº2), en claro homenaje a los héroes pulp propios del período de entreguerras. Aventuras, nazis, aviones, jetpacks, y mucha acción al estilo de la época es lo que podemos encontrar en esta producción que, pese a resultar un fracaso de taquilla, se convirtió en película de culto con el paso de los años. ¿De qué va la trama? Ambientada en los años 30, el gobierno estadounidense realiza pruebas secretas con un prototipo de jetpack (para aquellos que no lo sepan, es uno de esos cacharros futuristas con aspecto de mochila propulsada mediante cohetes que permite volar al que lo lleva). Tras un incidente con la Mafia, el artefacto termina cogiendo polvo en un aeródromo, donde un joven piloto de pruebas (obviamente el protagonista de la historia) lo encuentra y se lo queda, adquiriendo la identidad del héroe «The Rocketeer».
Producida y dirigida por el gran Roger Corman, El Hombre con Rayos X en los Ojos es uno de los clásicos de la ciencia ficción de los años sesenta, y si bien se podría decir que es una cinta bastante modesta, no por ello dejamos de encontrarnos una historia repleta de elementos pulp que hará las delicias de los amantes del género. ¿Qué nos cuenta esta película? Pues trata de la historia de un científico (una vez más tenemos al mad doctor de turno, aquí protagonista absoluto de la película y no un mero secundario como suele ocurrir en la mayoría de producciones), el doctor James Xavier, experto en el campo de la visión humana. Obsesionado con la idea de incrementar la capacidad visual de las personas, Xavier decide llegar hasta las últimas consecuencias de sus experimentos tomándose a sí mismo como sujeto de ellos. Al principio parece que todo ha resultado de forma exitosa, pero pronto el científico se volverá adicto a su propia fórmula que además también afecta a su mente, adentrándole poco a poco en el abismo de la locura hasta llegar a ser considerado peligroso y perseguido por las autoridades. Ni siquiera sus amigos podrán salvarle del peligro, mientras Xavier continúa aplicándose el suero y expandiendo sus nuevas dotes de visión hasta límites insospechables.
En esta ocasión os traemos un 2x1, como en las antiguas promociones de fin de semana que solían ofertar en los añorados videoclubs de los años 80 y 90. Así, emulando aquellas entrañables noches de videopulp, la propuesta de hoy consistirá en analizar dos películas de décadas distintas que, aunque hoy prácticamente están bastante olvidadas, son auténticas joyas clásicas pues son las antecesoras de otras franquicias mucho más famosas: Terminator y Alien. Hoy hablaremos pues de Saturno 3 y Terror en el Espacio.
Hoy toca reseñar uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción, un film que contiene toda la esencia pulp de las películas del espacio de antaño. Con varios hitos en su haber, como lo avanzado de sus efectos especiales, su originalidad argumental, o la introducción en el mundo fantástico del icono cultural del robot Robbie, estamos sin duda alguna ante una de las grandes producciones de los años 50 que impulsaron a un nuevo rumbo a la ciencia ficción (junto a otro gran clásico como fue La Guerra de los Mundos, de 1953). Si bien es cierto que existe una novela de Planeta Prohibido, escrita por Philip MacDonald con el seudónimo W. J. Stuart, ésta es posterior al estreno de la película, un caso curioso y bastante excepcional dado que la situación más usual en la época era la contraria: producir un film basado en una novela pulp preexistente.
Una vez más traemos a nuestros queridos lectores una obra clásica pero que indudablemente ha tenido una gran influencia posterior sobre muestra amadaLiteratura Pulp. Las Manos de Orlac es una novela publicada por entregas en 1920, cuyo autor fue Maurice Renard, y que contiene una mezcla de géneros como son el policiaco, el terror, los «Mad Doctors» y ciertos trazos de romanticismo. Muchos críticos consideran esta obra como el inicio de un subgénero en sí mismo, al que podría denominarse como «Body Parts» o partes del cuerpo. Así que preparaos y apagad las luces mientras saboreáis este artículo y sujetáis vuestro lector con las manos...; si es que estáis seguros de que son vuestras propias manos.