SA15
Recorréis los pasillos subterráneos del búnker con el máximo sigilo hasta orientaros en el ir y devenir de las patrullas. La entrada por la que accedisteis es demasiado peligrosa para probar fortuna, pero gracias a la paciencia y a la observación dais con una de las salidas traseras: usadas para el abastecimiento de suministros.
Ocultos entre cajas con el símbolo del águila negra salís sin llamar la atención. Una vez fuera os internáis en la jungla, alejándoos por fin de todo. No merece la pena correr riesgos.
La primera noche os cuesta adaptaros al clima, y a los monstruos mutantes que pululan por el territorio. Después del amanecer del primer día veis a los nazis cargar todo su equipo en la embarcación. El Black Swan es hundido por varias detonaciones mientras la joroba del submarino se aleja en el horizonte vespertino con todos los soldados alemanes comandados por el teniente Wittmann. Estáis solos en la isla, un paraíso de pesadilla en el que cada hora que pasa se os pone a prueba.
La parte animal de los instintos, tras unas semanas, es la que predomina en vuestra razón. Lucy y tú os convertís, obligados por la supervivencia, en un triste remedo de lo que fue el ser humano en sus orígenes; pero eso no os importará cuando el fin del mundo, en un par de meses tras la fuga del búnker, sea tan aterrador que los seres alados y las abominaciones que plagan los continentes hayan terminado con el 90% de la humanidad.
Vivís en el búnker del que habíais huido, buscando un refugio donde esconderos de lo que ha venido del más allá. Os queda poco para que el ejército de demonios invocados por el cuarto Reich os encuentre y os de caza. Mientras tanto os reunís en la playa, al amanecer, para ver como una masa oscura y tenebrosa eclipsa cada día más el sol. Sabéis que no se trata de un planeta o un asteroide, es algo vivo, que siempre estuvo esperando tras el Portal Oscuro. Él sabe que gracias a vuestro miedo ahora no hay nada que lo pare... y está hambriento.
FIN