José Luis Macías Sampedro, uno de los grandes ilustradores pulp españoles, en Luchadores del Espacio
Ojeando el pulp castizo, de sello propio y más allá de las típicas reimpresiones, dentro de la clásica ciencia ficción española de bolsillo, tenemos uno de los mejores binomios que nos ha dado la historia de nuestro pulp, y es el conformado por José Luis Macías Sampedro (Andujar, 1929), y Pascual Enguídanos (Liria, Valencia, 1923 – 2006). El primero dibujaba, y el segundo escribía.
Luchadores del Espacio es una serie de novelas de bolsillo (varios autores); y una de las más destacadas de la ciencia ficción española. Surgió a iniciativa del escritor Pascual Enguídanos, dando cobijo a su obra propia, La Saga de Los Aznar (que nada tiene que ver con la familia de un conocido político), y publicada por la Editorial Valenciana. Hablamos de un tímido pulp en tiempos de censura que hacía las delicias de los lectores, en la época de los años cincuenta y sesenta. Publicaciones como Luchadores del Espacio (novelas de bolsillo), o El Mundo Futuro (historietas), creadas por Guillermo Sánchez Boix, más conocido como Boixcar (otro célebre autor de la ilustración pulp de pistolas de rayos, y gladiadores en marte), daban vida y color a hermosas doncellas en peligro, que a pesar de ser más recatadas que las pinups americanas, siempre dejaban entrever algún que otro atisbo de sensualidad, algo sorprendente para los tiempos que corrían, y sin equívoco alguno un sello típico de identidad para las ilustraciones de Macías, todo un rebelde.
Estas publicaciones pulp de tipo space opera, eran el marco ideal para escritores como el citado Pascual Enguídanos, quien solía escribir bajo seudónimos, tales como George H. White o Van S. Smith. De Luchadores del Espacio llegaron a publicarse hasta 234 títulos, cada quince días, entre los años 1953 y 1963. José Luis Macías Sampedro fue uno de los ilustradores pulp más activos, firmando la mayoría de las portadas de esta colección. Sin embargo, también tuvo tiempo de trabajar en otras bien distintas, como es el caso de las series Comandos, o las Aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín. Este ilustrador, ajeno a los trabajos de sus compañeros americanos, mostró su particular percepción del concepto BEM (Bug Eyed Monsters), ofreciéndonos un singular repertorio, en relación a todo tipo de monstruosidades, bichejos sobredimensionados, y platillos volantes. Merece la pena, y mucho, "googlear" un ratillo y contemplar su obra, porque es realmente buena.
Muchas veces buscamos los mejores pulp de tipo space opera en publicaciones americanas como Planet Stories o Planets Comics, ambas de Fiction House, una editorial imprescindible para acercarse al concepto, y entenderlo de pleno, sin embargo, basta echarle un vistazo al trabajo de ilustradores como Macías, o Boixcar, para ver que el space opera en los difíciles años cincuenta, también logró hacerse un hueco, aquí, en España.