Cómo escribir un finalSi eres de esos escritores a los que les cuesta una barbaridad escribir la palabra “fin”, puede que este artículo te interese

Ya hemos publicado unos cuantos artículos de Charlie Jane Anders acerca de sus consejos para el escritor novel, y en las líneas que siguen, os ofrecemos otro más: Strategies to Make Sure You Actually Finish That Novel. Ya sabemos que no eres un escritor profesional, y mucho menos un literato de prosa niquelada, ni falta que hace. Tú eres un escritor pulp, y un escritor pulp no debe detener su poderío imaginativo; absurdo, pero imaginativo al fin y al cabo, con pequeñeces técnicas que si bien pondrían los pelos de punta a más de un premio Nobel, a ti te la trae al pairo. Para un escritor pulp, de los de verdad, la dificultad para darle carpetazo a una obra es la misma que para empezar otra, es decir, ninguna. Sin embargo, si estás leyendo estás líneas es que todavía no llevas el verdadero pulp en tus venas; el pulp convulsivo donde todo vale; todo sirve. No, tú todavía no tienes esa habilidad, y si has consumido toda tu energía en tratar de construir una historia desde el principio, intentando hacer las cosas bien, puede que ahora, ya no te quede ni un ápice de creatividad para darle un final a su altura. Y poner la palabra “fin” a tu novela, a veces es como enterrar a un ser querido, y tu subconsciente hará todo lo imposible para que esto no suceda. Y que Dios nos asista, si lo mejor que se te ocurre para salir airoso de tan complicada situación, es matar al protagonista malo, y finalizar con un “fueron felices, y comieron perdices”. Sería muy, muy lamentable que echases a perder una buena historia por no saber cómo terminarla. Aquí tienes un listado de doce consejos según Charlie Jane Anders, que como siempre, te servirán para reflexionar sobre ese momento último, pero si buscas fórmulas mágicas, mejor te irá si tratas de descubrirlas por ti mismo; al fin y al cabo… ¡no hay mente más poderosa, que la de un escritor pulp! Y como digas lo contrario, excomulgado quedas. Paso previo antes de que ya estés pensando en ¿Cómo publicar mi novela? A cada cosa a su tiempo. No eches el carro antes que los bueyes.

Desde un punto de vista técnico escribir un final implica un proceso de síntesis y de evaluación sumamente complejo, sobre todo cuando hablamos de novelas intrincadas, con personajes ambiguos, y un sinfín de cabos sueltos. Puede que la trama que has desarrollado sea aparentemente un caos terrible, pero si ese final logra poner las cosas en su sitio, bastan un par de páginas para que no solo toda la historia cobre sentido y significado, sino que deje al lector tan impresionado, que no deje de hablar de ellos durante las próximas semanas. Todo depende, como decimos, tanto de la extensión de la obra, como del género. No es lo mismo un thriller lleno de trampas y de giros, que una historia de acción lineal. Y si cuando llega ése final, no has logrado una respuesta emotiva sincera en el lector, que no sea otra como “por fin, ya se ha terminado, vaya peso que me quito de encima”, entonces has fracasado, y esto puede suponer un escollo insalvable, sencillamente porque te da miedo producir esa sensación, y no sabes cómo afrontarla. A este punto puede que te sea de interés este otro artículo: Diez bloqueos creativos. Sigamos…

Estrategias para elaborar el acto final:

1. Empezar por el final. Desde un punto de vista de terapia psicológica, es la estrategia más evidente de todas. Si algo te da miedo, lo mejor es enfrentarte a ello desde un principio, y no posponerlo. Viene a ser algo así como coger el toro por los cuernos, usando el refranero popular. Personalmente es una estrategia que suelo utilizar muy a menudo, a mí por lo menos me funciona, no así al autor del artículo que estamos traduciendo. Está claro que no todos somos iguales. Aquí de lo que se trata es de tener muy claro cómo quieres que finalice tu novela, tu historia, antes de ponerte a desarrollarla. Has de plantearte cuestiones capitales, como por ejemplo si el protagonista héroe morirá, logrará su objetivo, será un final feliz, trágico, abierto, inconcluso, real, sobrenatural…, y un largo etcétera de aspectos que condicionarán toda tu obra. Una vez que esto lo tienes claro, todo lo demás será mucho más sencillo. Ya tienes el punto de partida, y el punto de destino, la ruta que conectará ambos podrá dar todos los quiebros que desees, pero más tarde o más temprano llegarás a donde te propones, y lo más importante, sin el miedo de no saber qué es lo que te espera, o como habrás de enfrentarte a ese destino incierto, que ahora de incierto ya no tiene nada, y trabajar sin esa espada de Damocles sobre tu cabeza te proporcionará un alivio que se verá reflejado en una mayor soltura y creatividad a medida que vas escribiendo. Lo más difícil ya está hecho, ahora solo queda disfrutar. Pero como dice el autor del artículo original, puede que esta estrategia no sirva para todo el mundo. Es cuestión de probar.

2. Escribe el peor final posible. Con esta estrategia lo que viene a decirnos el autor del artículo es que resulta muy estimulante y necesario abordar el desarrollo de tu novela contando ya con algún tipo de final en mente, sea en firme, como en el punto anterior, sea improvisado, como en este punto. Se trata de estimular tu imaginación e irla preparando para todo lo que aún está por escribir, y una forma de hacerlo es planear el peor y más terrible final que se te pueda ocurrir para tus personajes, para tu historia. Imagina la situación más catastrófica, melodramática, lo más opuesto a un final feliz. Esto te proporcionará una nueva perspectiva, y te dará ideas que luego podrás utilizar. Y si tu historia decide acabar de forma trágica, ya sabrás cómo desenvolverte en este sentido. Pensar en lo peor te ayudará a sacar lo mejor de ti, a escribir el mejor final posible.

3. Reescribe el principio como si fuese el final. Aquí la verdad es que no logro entender nada de lo que nos propone el autor del artículo. Creo que es una estrategia muy liosa, y que no merece la pena, pero lo que no es útil para mí, puede que lo sea para ti. El autor utiliza la descripción de un telescopio a modo de metáfora, donde tenemos el lugar más estrecho por el que miramos como punto de partida de la novela con nuestros pequeños y mínimos ingredientes, y como estos se expanden hasta un punto en el que quizás ya no seamos capaces de abarcarlos todos, cuando es algo necesario para establecer el final. Lo que nos propone el autor es que le demos la vuelta a las cosas. Que volvamos a reescribir nuestra novela, con la que tenemos dificultades, pero tomando todos los elementos del principio como si en realidad fuese el final. ¿No andabas buscando un final? Pues ya lo habías escrito, y no te habías dado cuenta. ¿Sorprendido? Si a alguien le da resultado esta técnica, que lo comente, pues creo que estos podrían ser verdaderamente sorprendentes, eso como poco.

4. ¡Motívate! Esto no es ninguna novedad, pero creo que tendría más efecto si la motivación viniese de forma externa, que no propia. Es decir, un bonito cheque en blanco esperando por tu nombre, o un favor personal de tu editor, editora preferida, ya me entendéis, ¿verdad? Pues nada de eso, lo que viene a decirnos este punto es que a veces la mejor forma de motivarse uno mismo para escribir un final es intentar escribir sobre aquello que siempre deseaste, una escena que siempre te ha venido a la cabeza, algo que se salga de la norma, pero que te mueres de ganas por escribir… ¡pues hazlo, y date ese homenaje! ¿No le pega mucho a la historia? Pues tira de imaginación, y haz que todo concuerde, al fin y al cabo ver cumplido tu sueño bien lo vale, y aquí las normas las pones tú. La motivación mueve montañas… ¿o era la fe?

5. ¡No lo termines, está prohibido! Dicen que si no puedes con tus enemigos, lo mejor es que te unas a ellos. Si no eres capaz de terminar tu novela, entonces haz lo contrario, oblígate a ti mismo a seguir escribiendo pero con la condición de que no puedes terminarla; probablemente tú subconsciente, rebelde por naturaleza, haga lo contrario, y el final aparezca mucho antes de lo que creías. Pero, ¿cómo alargamos la trama? Muy sencillo, elimina a uno de los personajes principales por sorpresa, y analiza cómo influye en las diferentes situaciones; introduce nuevos elementos, retos, y lo que haga falta, pero ya sabes, tienes prohibido escribir el final. Imagínate que eres el guionista de una telenovela de sobremesa con más capítulos que espectadores. Bueno, si eres uno de esos guionistas mejor no sigas por este camino, y déjate de novelas, y manda el curriculum a Tele5 o Antena3.

6. Traspasa las ideas del papel, a la vida real. El escritor, profesional o aficionado, debe tener ligeras trazas de esquizofrenia para que sus procesos creativos funcionen correctamente. Una persona normal, de ideas cuadriculadas, y atenazada por los principios de la realidad y la coherencia, jamás podrá escribir otra cosa que no sean sus datos personales en algún formulario de la administración, pero ese no es tu caso ¿verdad? Tú tienes ese punto de locura necesario, y aunque escribir está bien, no basta. Debes olvidarte del papel, y trabajar las distintas partes de tu novela directamente dentro de tu cabeza, representarlas con diferentes voces si hace falta, grabarlas en algún dispositivo, y luego escucharlas, o buscar la complicidad de algún amigo o familiar. Pero ten cuidado, si vas por la calle hablando solo, es probable que acabes en un manicomio. A ver cómo explicas que no estás loco, solo estás reproduciendo una estrategia que visten RelatosPulp.com ¡a ver quién te cree!

7. Convierte tu novela en una historia corta. Esta técnica ya le hemos comentado ampliamente en este otro artículo: Escritores, novelas y borradores. Una solución radical. Lo que viene a decir es que si no eres capaz de adaptar tu historia a diferentes formatos, aun te falta por madurar como escritor, eso o que tu idea no está lo suficientemente bien trabajada

8. Cambia el punto de vista. Ésta es otra técnica de la que ya hemos hablado en numerosas ocasiones, cuando uno se atasca a la hora de escribir una novela. Deberías leer este artículo: Diez tipos e bloqueos creativos. Si ese bloqueo creativo, como es el caso, se produce cuando tratas de finalizar la obra, quizás sería conveniente cambiar la perspectiva, y en vez contar la historia a través del personaje principal, hacerlo desde la óptica del villano, del personaje antagonista. Verás cómo todo es diferente, y observarás cómo aquellos elementos que para uno son importantes, para el otro no lo son, y esta nueva perspectiva, el ponerte en la piel de la otra parte sobre la que recaerá todo el peso de la “conclusión”, te ayudará a mostrar empatía con sus intereses, sus motivaciones, motivaciones, y así, hacerle daño donde más le duele, o escribir un final a la altura de las circunstancias.

9. Utiliza marcadores. Esta técnica que apunta e autor pienso es otra de las habituales, una de esas que todos usamos por instinto sin que nadie nos la recomiende, y más que una técnica específica para concluir nuestra novela pulp de forma satisfactoria, lo es para superar los diferentes bloqueos creativos que podemos encontrarnos en cualquier momento, y es por ello que no me parece del todo apropiado incluirla en esta lista, pero ahí está. De lo que se trata es de utilizar marcadores, o anotaciones mientras escribimos nuestra novela con posibles desarrollos que no podemos escribir en ese momento pero que debemos tener en cuenta. Es lo que el autor del artículo llama notas I.O.U, siglas que vienen a significar “I owe you” (te lo debo, queda a deber).

10. ¡Aprieta las clavijas! Bien, puede que tu novela pulp fluya como la seda, que todo vaya a una velocidad endiablada, y que al final no tengas otra cosa más que un vomitivo pastiche atiborrado de tópicos, personajes planos, y situaciones aburridas. Es lo que tiene ir demasiado rápido, que te pierdes los detalles, y sin detalles, es imposible hacer un final en condiciones. ¿No te das cuenta que te has dejado los ingredientes por el camino? ¿Cómo vas a cocinar un buen final, si no tienes con qué hacerlo? Anda, tómate tu tiempo, y vuelve atrás, exprime a tus personajes hasta que griten de dolor, crea ingredientes que puedas utilizar en el banquete final, y cuando más exóticos mejor. Bueno, dicen que en caso de duda lo que siempre funciona es lo clásico, pero por favor, cocina algo en condiciones.

11. ¿Por qué te has metido en este fregado? Un poco de introspección nunca viene mal, así que si no eres capaz de terminar tu novela intenta preguntarte a ti mismo por qué la has escrito. Analiza cómo llegó a ti la idea original, piensa en las experiencias de vida que te rodeaban en el momento que concebiste la idea, a lo mejor estás pasando por alto algún dato revelador. Y si no encuentras nada, compara esas circunstancias con las actuales. Imagina como tu vida actual, las cosas que te están sucediendo, todo eso que te hace especial y diferente a los demás; piensa en todo ello, y trasládalo al papel. Utiliza cosas de tu entorno, sucesos personales, de amigos, algo que has leído en un periódico local, que has visto en las noticias, y aprovéchalo. La realidad supera a la ficción, o eso dicen, así que muchas veces ese final que andas buscando lo tienes delante de las narices. El problema es que no sabes observar, no sabes analizar, no sabes interpretar lo que te rodea, y esto es algo imprescindible.

12. Retcon. Definición de Retcon: Continuidad retroactiva o retcon (acrónimo del término inglés retroactive continuity1 ) es la alteración de los hechos previamente establecidos en una obra de ficción, generalmente añadiendo nueva información o modificando la ya existente.2 3 El acto de escribir y publicar un retcon se conoce como retconning. El retcon como técnica literaria es tan divertida como alocada como impredecible, y desde luego muy difícil de controlar. Puede darte muy buenos resultados, pero también meterte en un bucle infinito de correcciones que harán que tu novela jamás pase del estatus de borrador. Una cosa es hacer obras derivadas de otras ya existentes, modificándolas a tu antojo, y otra muy distinta modificar constantemente la tuya. Pero sí puede serte útil, al menos para encontrar finales alternativos a ese tan soso que habías ideado en una primera instancia.

Valoración personal: Una vez más, Chalie Jane Anders nos muestra un amplio repertorio de cuestiones a tener en cuenta ante una situación crítica muy común a todos los escritores, pero una vez más seguimos sin fórmulas mágicas. En mi opinión, algunos de los puntos que comenta están repetidos en otros artículos, y puede que no sean del todo apropiados el asunto concreto que estamos tratando, aunque no por ello dejan de ser útiles. Centrándonos en estrategias específicas para finalizar una novela, la número uno y la once, son las que creo más apropiadas de todas, y desde luego las que más suelo utilizar como escritor aficionado. De hecho no sé qué haría sin ellas.

Fuente: io9.com

Más información: Artículos de ayuda al escritor novel

Arriba: Escritor Pulp luchando contra unos personajes mal parados al finalizar su novela. No hay nada más terrible que la venganza de un personaje cabreado. ¡Tenlo en cuenta!