Prometheus 2 Relato Spoiler ParaísoRelato basado en el universo de Prometheus que nos muestra cómo podría ser su secuela

La película de Prometheus fue una de las más esperadas por los aficionados al género en toda la historia del cine. El hecho de retomar una saga tan exitosa como Alien, pionera en el género space survival horror, y además hacerlo con el objeto de ahondar en el origen y la propia naturaleza de los xenomorfos, no hizo otra cosa que ponernos a todos los dientes largos. Sin embargo, para bien o para mal, Prometheus fue más allá de lo previsto, y se adentró en el origen de la vida, del ser humano. Puede que esto fuese demasiado ambicioso, y la película no solo no colmase las expectativas de los fans, sino que dejase más preguntas que respuestas. Todas estas preguntas han dado lugar a interpretaciones de lo más atrevidas: Prometheus 2012, la verdadera explicación, y han hecho correr rios de tinta, mejor dicho, de bits, a lo largo y ancho de internet. Puede que la resolución de Lindelof no fuese la más acertada, y quizás sí lo fuese el guión original: Prometheus: El guión original de Jon Spaihts, pero el lio ya estaba montado. Ahora, con la secuela en el horizonte, y nuevo guionista para el proyecto, la espera para obtener las respuestas que todos andamos buscando puede ser eterna. Y, para hacerla más llevadera, Javier Ferre nos ofrece su visión de los hechos. Un relato que, a partir del universo Prometheus, nos ofrece su visión acerca del origen de la vida. Es un relato largo que adjuntamos en formato PDF para su lectura. A continuación, el prólogo, con unas interesantes reflexiones para meternos en materia.

PRÓLOGO

La cuestión del origen de la vida no comenzó a avanzar hasta la década de 1.920, cuando empezaron a precisarse los conocimientos sobre el origen de la Tierra. Dicha cuestión pertenece al grupo de los problemas más importantes y básicos para la mente humana. Toda persona, cualquiera que sea su nivel cultural, se plantea este problema más o menos conscientemente, y, de mejor o peor calidad, producirá una respuesta, ya que sin ella no puede concebirse ni la más rudimentaria concepción del Mundo.

Este problema del origen de la vida ha atraído la atención de la Humanidad ya desde los tiempos más remotos. No existe un sólo sistema filosófico o religioso, ni un solo pensador de talla, que no haya dedicado la máxima atención a este problema. En cada época diferente y durante cada una de las distintas fases del desarrollo de la cultura, este problema ha sido resuelto con arreglo a normas diversas. Sin embargo, en todos los casos ha constituido el centro de una lucha acerva entre las dos filosofías irreconciliables de la fe y la ciencia pura.

Con arreglo a los primeros, todos los seres vivientes, incluyendo al hombre entre ellos, habrían surgido dotados de una estructura poco más o menos igual a la que hoy en día poseen gracias a la acción de fuerzas supra-materiales, como resultado de un acto creador de la Divinidad, de la fuerza vital o de la entelequia. En otras palabras, sería siempre el resultado de aquel principio espiritual que, según los conceptos creacionistas, constituye la esencia de la vida.

Tiempo después, entre la comunidad científica, quedó establecido con absoluta certeza que todos los hallazgos previos de casos de generación espontánea habían sido simplemente el fruto de errores metodológicos, de un planteamiento incorrecto de los experimentos o de una interpretación superficial de los mismos. Ello condujo a conclusiones pesimistas, cual fueron el afirmar que el problema del origen de la vida está “maldito” o que es insoluble; que el ocuparse de él es impropio de un investigador serio, constituyendo solamente una pérdida de tiempo.

Como resultado de ello, numerosos científicos experimentaron una profunda crisis de ideas. De esta manera, algunos de entre ellos procuraban a toda costa evitar esta cuestión, sugiriendo, por ejemplo, que la vida jamás habría tenido principio y que los primeros seres vivos habían sido trasplantados a la Tierra desde algún punto exterior: desde la superficie de planetas más o menos lejanos. Otros científicos pasaron a ocupar posiciones a medio camino y consideraron a este problema como patrimonio de la Fe y no de la Ciencia.

No cabe duda alguna que ésta es una tarea de complejidad excepcional. No obstante, la Ciencia de nuestros días se halla en condiciones de, al menos, plantear la cuestión de una manera efectiva por otras vías. ¿Qué fue lo que condujo a la aparición de la vida en este planeta?, ¿Las evidencias nos han estado señalando todo este tiempo hacia fuera de nuestro mundo?

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