Los hombres topo quieren tus ojos, y otros relatos sangrientos de la Era Dorada Pulp. Un libro imprescindible para conocer la Literatura Pulp

Lo reconozco, estoy enganchado a la Colección Gótica de Valdemar, y para este viernes 19 de marzo, aprovechando la festividad de San José, he decidido darme un homenaje, y la elección ha sido todo un acierto: Los Hombres Topo Quieren Tus Ojos (Amazon). Si hace unos días os comentaba como me arrepentía de haberme gastado los cuartos en la nueva recopilación de Relatos de Stephen kingDespués del Anochecer. Relatos de Stephen King en esta ocasión digo justo lo contrario. El libro del que ahora os hablo me ha costado unos 24 euros, pero no los lloro en absoluto. Viéndolo ahora entre mis manos, y tras haberme adentrado convenientemente en su lectura, no puedo decir otra cosa que... ¡Imprescindible! El libro en sí es un tocho considerable, unas 550 páginas más o menos. Temía que la letra fuese pequeña, como la del otro volumen de la misma colección que os comenté tiempo atrás: Los Gusanos de la Tierra, y otros relatos de horror sobrenatural de Robert E. Howard; sin embargo, y por suerte para mí, en esta ocasión la letra tiene un tamaño perfecto. Todo en este volumen es perfecto. Y  no hay lugar a dudas, es el mejor libro que puedes comprar para adentrarte en el maravilloso mundo de la Literatura Pulp.

De la presentación no hay mucho que decir; tapa dura, cosido, y un diseño inconfundible ¡todo un lujazo!  En cuanto al contenido, aquí nos encontramos con un total de 13 relatos y todos son de diferentes autores. El primero de ellos es precisamente el que da nombre a esta antología, y está firmado por Frederick C. Davis. Cada uno de estos relatos cuenta con una introducción a cargo de Jesús Palacios, quien nos revela algunas anécdotas y curiosidades acerca de los mismos, pero no solo eso, sino que además nos presenta un interesantísimo artículo a modo de prólogo de unas 50 páginas. Este artículo no es otra cosa que un somero repaso de toda la historia de la Literatura Pulp, desde sus orígenes hasta el día de hoy.

Jesús Palacios, en dicho artículo que titula “Sangre, Sudor y Pulps”, ha realizado la difícil tarea de resumir en tan pocas páginas algo tan complicado como es la historia de la literatura pulp, y es por ello que resulta un poco difícil de leer. A veces los párrafos se convierten en retahílas de nombres, y conceptos, unos tras otros, y es obvio que el lector se queda con las ganas de saber un poco más de cada cosa. De todas formas esto es así, porque esas pocas páginas tampoco dan para más, y debemos ser nosotros mismos quienes busquemos más información de los temas que nos interesan. De lo que se trata es de acercase al fenómeno cultural “pulp”, y sobre todo, disfrutar de la que, posiblemente, sea una de las mejores selecciones de relatos.

Dicho artículo, a pesar de las limitaciones, lo cierto es que da para mucho…, pero mucho, mucho, mucho. Jesús Palacios nos habla de ese estilo tan característico conocido como Weird Menace, de las publicaciones Shudder Pulps, y de cómo éstas disfrutaron de su máximo esplendor en los años 30. Así mismo nos cita los nombres de no pocas revistas, autores, y un buen puñado de anécdotas. Hace un recorrido desde la Pulp Fiction genuinamente americana y sus conexiones con el giallo italiano, el krimi alemán, o las perspectivas actuales del cine de terror tal y como lo entendemos hoy en día.

La Literatura Pulp, tal y como nos comenta, trata todo tipo de géneros, desde el Hard Boiled a la ciencia ficción, del terror a la espada y brujería, pero siempre con una serie de elementos identificativos comunes, los cuales, a la postre, fueron los responsables de su desaparición.

Las cosas como son, la literatura pulp tuvo su máximo apogeo en una época que era no ya solo permisiva con algunos conceptos, sino que además formaban parte de la sociedad de aquellos tiempos. A poco que echemos un vistazo a estas publicaciones veremos que conceptos como el machismo, la xenofobia, el sexo, y la violencia, formaban parte inherente a los relatos. Hoy en día eso es impensable, y fue a partir de los años 40 cuando se creó incluso un organismo censor a tales efectos. La sociedad cambió, y la Pulp Fiction murió, así de simple. (Algo parecido quieren hacer con el “manga” de nuestros días; su carga sexual es demasiado explícita según los censores, y se lo quieren cargar ¿correrá la misma suerte que la pulp fiction de los años 30?)

Aquellos escritores que sacaban historietas como churros, que escribían relatos por encargo sobre las propias portadas (fabricadas de antemano), fueron en muchas ocasiones vilipendiados. A veces había que esconder esas portadas en las que siempre salían rubias explosivas, mujeres fatales, o algún deforme mutante sediento de sangre virginal. Desde luego el Pulp tuvo una corriente muy oscura y perversa. Hubo escritores de todo tipo, y estas historias dañaban profundamente la moralidad de algunas personas, algo a lo que se opuso con dureza el creciente puritanismo de los años 40, de ahí que al final fuesen poco menos que perseguidos.

De momento solo he leído el prólogo y el primer relato. Los hombres topo quieren tus ojos, de Frederick C. Davis, y me ha parecido tremendo. La historia está llena de incoherencias, pero eso es lo de menos. Aquí el escritor no se anda con tonterías, en las primeras líneas ya tenemos una rubia despampanante, sin ojos y chorreando sangre de sus cuencas vacías…, y ¡arreando! Nada de verdes praderas, ni el rocío del amanecer…, nada de cursilerías, ¡al grano!

El ritmo es trepidante, directo, y lleno de tópicos. Rubias cachondas, científicos chiflados, cuevas repletas de monstruos deformes, y el “macho-man” dispuesto a salvar a la chica, y que no se diga.

Después de haberme leído hace algún tiempo los relatos de Robert E. Howard, he advertido una diferencia sustancial. Los relatos de Howard son casi todos en primera persona, y desde luego muchísimo más densos y pausados. Howard se entretiene con las descripciones, las saborea, juega más con el vocabulario, y cada una de sus líneas son una clara muestra de su sentimiento. Frederick C. Davis, por el contrario, en este relato suyo que he leído y que también está en primera persona, deja por completo a un lado los sentimientos, y se centra en las descripciones, pero a diferencia de Howard, a él solo le interesan las de corte macabro. Son dos estilos muy diferentes.

Estoy deseando ver que sorpresas me deparan el resto de relatos, y lo mejor es que cada uno es de un autor diferente.

Ya estás tardando en comprar este libro, te aseguro que no lo lamentarás. ¡Sencillamente… IMPRESCINDIBLE!

Relatos incluidos:

1.- Los hombres topo quieren tus ojos (The Mole Men Want Your Eyes - 1938), de Frederick Clyde Davis
2.- El Señor de los muertos (Lord of the Dead - 1978), de Robert E. Howard
3.- El barco del demonio dorado (Ship of the Golden Ghoul - 1939), de Lazar Levi
4.- Terror en el rancho de vacaciones (The Dude Ranch Horror -1936), de Richard Tooker
5.- Tumbas para los vivos (Graves for the Living - 1937), de William Irish
6.- Locura rubia (Blonde Madness - 1934), de Arthur Humbolt
7.- La cosa que cenaba muerte (The Thing that Dined on Death - 1936), de John H. Knox
8.- La profecía (The Prophecy - 1934), de Hugh B. Cave
9.- Sangre para el vampiro muerto (Blood for the Vampire Dead - 1940), de Robert Leslie Bellem
10.- Tigresa (Tiger Cat - 1937), de David H. Keller
11.- Cuando la bestia negra se sació (When the Black Fiend Fed - 1937), de Hal K. Wells
12.- Momias a la carta (Mummies to Order - 1940), de E. Hoffmann Price
13.- Novias frescas para la hija del diablo (Fresh Fiancés for the Devil's Daughter - 1940), de Russell Gray

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Algunas portadas típicas de esta literatura Shudder Pulp