Las historietas bélicas de la era pulp centraban todo su interés en los aviones, algo nuevo en la Primera Guerra Mundial. Robert J. Hogan, con G-8 and his Battle Aces, fue uno de los escritores más destacados
Uno de los iconos más representativos del movimiento pulp —propio de los años 20, 30 y 40—, al margen de los distintos estilos como son la Weird Menace, el Haird Boiled, la Ciencia Ficción, el Western, o La Espada y Brujería, entre otros; son sin duda los superhéroes. Muchos de ellos perduran en la actualidad —con más o menos fortuna—, como es el caso de The Shadow; Flash Gordon; Captain Future; Doc Savage; Buck Rogers, etc.—, pero otros muchos han sido completamente olvidados para siempre —hasta que alguien le de por rescatarlos y hacerles una puesta a punto, claro está—. En este artículo hablaremos de G-8 y sus Battle Aces, del escritor Robert J. Hogan.
Me gustan las historias bélicas, sobre todo aquellas que cuentan con un trasfondo fantástico o terrorífico, con bestias mutantes o científicos chiflados experimentando con soldados revinientes y otras cosas por el estilo. Sin duda, la Segunda Guerra Mundial supone el contexto perfecto para ello, y es algo de lo que ya hemos hablado en otras ocasiones. Podríamos recordar —sobre todo comics—, a publicaciones como Star Spangled War Stories (1952-1977); Weird war Tales (1971-1983); Our Army at War (1952-1977); Our Fighting Forces (1954-1978). Sin embargo, si queremos centrarnos en lo verdaderamente genuino, quizás la Segunda Guerra Mundial no sea lo más apropiado. Las historietas pulp autenticas, de corte bélico, tienen su origen en un momento anterior. Es decir, la Primera Guerra Mundial.
Centrándonos en los relatos bélicos de la era pulp —muchos de los escritores eran militares retirados o en activo—, tal y como podíamos imaginarnos, el número de publicaciones fue algo desmedido. Antes de redactar este artículo intenté documentarme más o menos, y la verdad es que me he visto un poco desbordado con la cantidad de revistas distintas que existieron, y de las cuales no resulta fácil encontrar información.
Uno de los tópicos más recurrentes atañe a las batallas aéreas. Por aquel entonces los aviones de combate eran una novedad «alucinante», y no hay duda de que este sería uno de los motivos para que la mayoría de las publicaciones de este tipo usasen a los pilotos y sus máquinas voladoras como reclamo. Hubo héroes de todo tipo, desde el Capitán Combate, de Barry Barton, hasta el Capitán BabyFace de Steve Fisher; y los títulos de esas revistas eran tan prometedores como Sky Aces; Flying Aces; Fighting Aces; Sky Figthers; Sky Birds; Dare-Devil Aces. Más info -Aquí-
Sin embargo, hoy toca hablar de uno de los autores más reconocidos dentro de esta temática, y ese es Robert J. Hogan y su obra cumbre, G-8 y sus Battle Aces. Antes de ello, este autor ya había logrado un éxito notable con otras de sus historias, como El Halcón Rojo; o las Aventuras de Smoke Wade.
¿Quién era G-8? Pues un espía, y además uno de los mejores pilotos de combate de la fuerza aérea americana. Él y sus hombres, obviamente del lado de los aliados, a lo largo de los 110 números que se publicaron —desde octubre de 1933 hasta junio de 1944—, tuvieron que verse las caras no solo con los pilotos nazis, sino que también se enfrentaron a vampiros, hombres lobo, muertos vivientes y todo tipo de bestia imaginable. La verdad es que no tenían tiempo para aburrirse. Como siempre, las portadas no tienen desperdicio alguno. Lástima que estas publicaciones no sean fáciles de conseguir. Algunas editoriales americanas comercializan réplicas, que se pueden conseguir en sitios como Vintage Library, o Adventure House. No se descarta que, algún día de estos, traduzcamos algo para nuestra colección de «Maestros del Pulp»
Links G8, más info: Wikipedia
Algunas carátulas. Galería de imágenes:
Un video-fan que acabo de encontrarme en youtube: