SA8
Piensas que no hay nada mejor que un buen chiste para calmar la tensión. Levantas las manos y comienzas a hablar:
—¿Sabéis ese chiste sobre Hitler y Göring? —Los centinelas se miran y te prestan atención, pero no dejan ni por un momento de apuntaros al corazón—. Veréis, esto son Hitler y Göring que están en la torre de radiodifusión de Berlín y Hitler le comenta al comandante de la Luftwaffe: "Hoy quiero darles a los berlineses una alegría". Göring le mira primero con asombro y luego le contesta, muy asustado: "Mein Führer, ¿no irá usted a saltar desde la torre y dejar que ganemos la guerra solos?"
Los rostros de los guardias, antes impasibles, cambian de color encendiendo un fulgor en sus ojos. Algo te dice que no ha sido la mejor idea, los segundos parecen transcurrir con lentitud hasta que uno de ellos rompe el silencio.
—¿No irá a saltar de la torre? —repite en alemán. Sus carcajadas contagian a su compañero y ambos ríen estrepitosamente sin poder aguantar las lágrimas—. Nunca lo había escuchado, es genial. Ja, ja, ja... ¿Te sabes algún otro? No ha estado mal.
—Sí, y este no es el mejor os lo garantizo. Pero ahora tenemos que llevar a la prisionera, nos están esperando. En cuanto estemos de vuelta os contaré uno sobre Goebbels y su operación de alargamiento de pene.
Los cuatro entráis sin problemas entre las risas de los dos gigantes germanos, el lugar es oscuro y húmedo, descendéis por una escalera hasta el pasillo central.
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