Selecciones Reader's Digest ¿Se podría considerar como otro tipo de pulp?
Últimamente me ha dado por desempolvar mi pequeña colección de antiguallas literarias. La verdad es que ni me acordaba que las tenía, y me sorprendí bastante al encontrar un buen número de revistas “Selecciones Reader’s Digest”. De inmediato pensé “he aquí el punto de partida para mi próxima entrada en la web”. Como es lógico, lo primero que hice fue teclear el nombre de la revista en google, a ver si me enteraba de algo. Luego, tomando como base la wikipedia, fui hilvanado información para tener algo que contaros.
Cuando hablamos de revistas pulp los nombres que nos vienen a la cabeza, en primer lugar, son las míticas… Weird Tales, Amazing Stories y Black Mask, como las más destacadas, aunque hubo muchas, muchísimas más. Este tipo de revistas eran básicamente revistas de hombres, y centradas sobre todo en relatos fantásticos y de terror. Sin embargo, había otro tipo de pulp, otro tipo de revistas con un caracter mucho más familiar y más o menos "divulgativo". Hablamos de unas revistas que estaban pensadas para toda la familia, y sin lugar a dudas creo que la más popular de su época fue Selecciones Reader’s Digest, nombre con el que se distribuyó en españa.
Wikipedia: “Selecciones es una revista mensual cuyo primer número es de diciembre de 1940. De propiedad de The Reader's Digest Association. Corresponde a la edición en español del Reader's Digest fundada en 1921, de ahí su título completo: Selecciones del Reader's Digest”
Los ejemplares que tengo en casa son todos de los años 80; desde luego muy posteriores a los primeros números que datan de 1940. Pero dudo muchísimo que en España se hubiese comercializado esta revista por aquel entonces; sería en todo caso en latinoamérica. La verdad es que no tengo la menor idea de cuando se comercializó por primera vez en España, pero se me antoja imposible en tiempos de Franco, sobre todo teniendo en cuenta su caracter netamente pro-americano.
Recuerdo, vagamente, como estas revistas las recogía mi padre en el buzón todos los meses, y le pregunté si estaba suscrito. En la portada figura un precio de 160 pesetas, pero él nunca pagó por ellas. No deja de ser raro, pero por lo que he visto los dueños de esta publicación fueron pioneros en “extrañas” campañas de marketing, algunas de las cuales tuvieron problemas con la justicia en Estados Unidos. Pero entre las más “amigables”, supongo que sería la de regalar suscripciones durante algún tiempo. Bastante largo, por cierto, porque tengo casi todos los números del año 83 y 84.
Otro aspecto interesante es que, en plena guerra fría, tuvo su réplica del lado soviético: La revista Sputnik.
El formato es similar a una novela de bolsillo, con unas 140 páginas. Lo primero que llama a la atención es la portada, que en realidad es directamente el índice de la revista (según el diseño de los años 83 y 84). Así, sin más, directamente, sin contemplaciones.
Aunque hay bastante publicidad, ni por asomo es comparable a la que nos podemos encontrar en cualquier revista de hoy en día.
Escrita a dos columnas, es abundante en contenido. Tiene un montón de secciones, aunque un poco entremezcladas. Encontramos artículos de opinión sobre temas candentes, pequeños reportajes sobre aspectos de la salud, sexualidad, política-ficción, economía, y un largo etcétera. Tampoco faltaban las secciones de humor y pasatiempos, consejos y utilidades, y por supuesto relatos, muchos de ellos inclasificables, y otros simplemente desvarios de aquellos autores de tercera o cuarta fila, los cuales me imagino que por “cuatro duros”, trataban de hacerse un hueco. Ahora bien, distan bastante de los relatos que nos podríamos encontrar en revistas como Amazing Stories. Aquí la mayoria son de corte policíaco, melodrámaticos, o de historias acerca de la superación personal (la mayor parte). Un detalle a tener en cuenta es el de los autores, no solo en lo que a relatos se refiere, sino también a reportajes. Observo que son casi todos extranjeros, por no decir todos, a no ser que las firmas sean seudónimos, algo que desconozco. Todo apunta a que son versiones simplemente traducidas, y lo único auotóctono es, en algunos casos, la publicidad.
Resulta obvio que, por aquel entonces, este tipo de publicaciones no solo buscaban el entretenimiento, sino sobre todo la transmisión de ciertos ideales de forma más o menos subliminal. Hoy en día, la revista sigue su curso, aunque me imagino que habrá cambiado mucho. Su web, aquí: Selecciones.
Galeria de imágenes. Algunos escaneos para hacerse una idea de como eran eras revistas: