La esencia inequívoca del relato pulp es algo inherente a la mayoría de películas, tanto fantásticas como de terror, que tanto nos gustan; y esto es así, desde las más primerizas como “La parada de los monstruos” (Freaks; Tod Browing, 1932; basada en un relato de Tod Robbins “Espuelas”), hasta las producciones cinematográficas más icónicas del siglo XX, a cargo de directores como George A. Romero, Tobe Hooper, Wes Craven, John Carpenter, o incluso Alfred Hitckock (por no citar todos los artesanos de la clásica Serie B). Ahora bien, si tenemos que hablar de relatos, y películas de terror, la primera palabra que nos viene a la mente es… ¡CREEPSHOW! ¿verdad?; y lo más problable es que no venga sola, sino perfectamente acompañada de cierto escritor que responde al nombre de Stephen King...
Kick Ass ha sido toda una sorpresa, y además muy agradable. Si es la mejor película del año, o la mejor película de superhéroes en mucho tiempo es algo que os toca a vosotros decidir; yo solo voy a dar mi opinión.
Si alguien me preguntase cual es mi película preferida, creo que respondería sin lugar a dudas Alien, de Ridley Scott; y aunque ese es mi género fetiche, también he de reconocer que de vez en cuando me muero de ganas por ver alguna buena película de aventuras clásicas, ya sean de piratas, de romanos, de vaqueros, o de 300 espartanos defendiendo el paso de las Termópilas; y, anoche, tuve el placer de recrearme con la última de Neil Marshall —un director que se ha ganado a pulso mi máximo respeto después de títulos como Dog Soldiers (una de hombres lobo); Doomsday (una historia postapocalíptica); o The Descent (sobre unas espeleólogas atrapadas bajo tierra)—. Las películas de romanos tratan casi siempre sobre los mismos temas; y quizás los más trillados sean las historias de gladiadores, como Espartaco, o aquellas otras que atañen a la campaña que llevaron a cabo los romanos por tierras britanas. La película Centurión trata precisamente de esto, de cómo la novena legión sucumbió a manos de los pictos, justo antes de que se levantase el famoso muro de Adriano —algo ya visto en otras películas más o menos recientes como el Rey Arturo, de Antoine Fuqua (2004); o La última legión de Doug Lefler (2007)—.
Zombis Nazis (Dead Snow), del director noruego Tommy Wirkola, no se puede decir que sea una película reciente, de hecho data del 2009, lo que pasa es que ha tardado algún tiempo en estar disponible en nuestro idioma patrio. Es el mismo caso que la película Plane Dead “El vuelo de los muertos vivientes”, otra de las que tengo ganas de ver dentro de este género, solo que con ésta todavía toca seguir esperando, y eso que es del 2007.
Dead Snow me atraía muchísimo por la expectación que implica. Los ingredientes son de lo más apetitosos. Si ya de por sí las películas de zombis tiene un publico objetivo que pocas veces se atrevería a decirles que no, si aun encima esos zombis son un batallón de soldados nazis que regresan de sus tumbas, entonces el éxito está asegurado, por lo menos en lo que se refiere a ganas de verla, otra cosa es que luego defraude o cumpla con las expectativas. De entrada el cartel de presentación no podía ser mejor ¿verdad?
Y bien… ¿Cumple con las expectativas? Pues sí, yo diría que sí, a pesar de las pegas, que las tiene, y no pocas precisamente.
Desde luego esperar a verla traducida fue una tontería. Apenas tiene diálogos, y estos son absurdos. A veces resulta demasiado exagerada, y muy poco creíble, pero también es cierto que ese punto gamberro le da un toque especial. Lo mejor es que la propia película no se toma en serio a si misma en ningún momento, y quizás por eso resulte tan divertida, a veces incluso delirante, como Braindead (1992) de Peter Jackson, a la que rinde un pequeño tributo.
El argumento se limita a unos jóvenes incautos que se encuentran atrapados en una cabaña en medio de la nieve, esto recuerda un poco a Posesión infernal (1981), de Sam Raimi, y lo de la nieve es un claro recurso para enfatizar el lado más gore de la película, ya que ese contraste entre la sangre y el blanco inmaculado, suele ser muy efectivo. Sin embargo, la historia flojea por todas partes. Va directa al grano, no se explica nada, no se sabe porqué los nazis se convierten en zombis, y el tema de las monedas de oro parece un poco forzado. Al final de la película no recuerdas ni un solo nombre de los personajes, un puñado de chicos más o menos esteriotipados, pero sin una pizca de carisma, y quizás éste sea uno de los puntos más flojos. Nada que ver con otra película de zombis nazis relativamente reciente, El Bunker (2007) (Outpost) (Avance desde el más allá), de la que ya está en marcha la segunda parte. Ésta es mucho más seria, tétrica, oscura, y mejor argumentada, pero también es cierto que en lo referente a la puesta en escena no resulta ni tan impactante, ni tan entretenida. Son películas distintas, una más seria, y la otra más de coña. Pero las dos están bien.
A día de hoy, películas basadas en tan ilustre personaje las ha habido de todos los tipos -Aquí-, unas mejores, y otras peores; sin embargo, ahora hay dos proyectos cinematográficos que seguro darán mucho de que hablar. Al igual que ocurrió en su día con el personaje de Cristóbal Colon, parece que los “grandes estudios” cuando se fijan en algo nuestro, lo hacen por partida doble.
Por fin he visto la película, y no os podéis imaginar las ganas que tenía. Lamentablemente, en términos cinematográficos, Salomón`s Kane está a años luz de Conan el Bárbaro, y de algún modo las comparaciones son inevitables.
La verdad es que uno a estas alturas ya está acostumbrado a todo tipo de decepciones, y de tal modo no esperaba gran cosa. Salomón´s Kane es una película de aventuras como cualquier otra; muy entretenida, eso es cierto, pero poco más. Lo mejor es la ambientación, pero ni siquiera está demasiado bien explotada. Luego, el personaje no engancha mucho; ni tampoco levanta pasiones, ni admiración, ni nada por el estilo; simplemente es el protagonista y te dejas llevar, pero no mucho más.
Hace unos días, como quien no quiere la cosa, me hice con una de esas míticas películas de Russ Meyer: MegaVixens. Y desde luego no tiene desperdicio…, vamos, toda la filmografia de este “gamberro” es casi imprescindible en cualquier videoteca que se precie. Para abrir boca, aquí la sinopsis: «Adolph Schwartz, de asombroso parecido con Hitler, vive retirado en su castillo dedicándose a saciar sus apetitos sexuales, preferentemente de retaguardia. Adolph muere mientras se baña, devorado por un pez carnívoro, que una mano criminal ha deslizado en la bañera. ¿Quien será el criminal? nos pregunta un original y sensual personaje, mientras nos presenta a los personajes de esta enfebrecida trama: Paul, siempre en busca de humedos prados; Margo, una sensualísima bailarina; Pocahontas, la selvática virgen india; Homer, el policía siempre dispuesto a cobrar en espécies; la dulce y pequeña Alice... Y con ellos se van sucediendo los acoplamientos y traiciones que acaban en un divertidísimo torbellino de risas, sangre, violencia y pasión».