Colección de relatos clásicos y relatos enviados por usuarios para su publicación
En el último día en Berlín antes de la caída del Tercer Reich y la llegada de los aliados al búnker de Hitler, la ciudad se encontraba sumida en el caos y la desesperación. La guerra estaba llegando a su fin y los alemanes eran conscientes de que estaban perdiendo.
En el búnker subterráneo, donde Hitler se encontraba refugiado junto con sus más leales seguidores, reinaba un ambiente sombrío. Las paredes estaban llenas de tensión y se podía sentir la angustia en el aire. Los líderes nazis sabían que el final estaba cerca, pero se aferraban a un último hilo de esperanza.
Hitler, en su escondite subterráneo, estaba rodeado de un pequeño grupo de seguidores fanáticos que aún creían ciegamente en su causa. Su rostro demacrado reflejaba la derrota y la desesperación. A medida que las noticias del avance aliado se iban filtrando hasta ellos, Hitler se debatía entre huir o quedarse hasta el final.
La ciudad de Berlín era una sombra de lo que una vez fue. Las calles estaban destrozadas por los bombardeos y los enfrentamientos entre las fuerzas alemanas y los aliados. La población civil vivía aterrada, buscando refugio en cualquier rincón seguro que pudieran encontrar.
El cuarto número de Maestros del Pulp, publicado bajo el sello SERIE MASTER (pincha en este enlace para ver los números anteriores), ya está en marcha y, en las líneas que siguen, os vamos a presentar el primero de los relatos que formará parte del correspondiente índice y, como no, de paso poneros los dientes largos. Ah!, mientras no esté disponible, tenéis a vuestra disposición los tres números anteriores a la venta en papel. Visita nuestra tienda de Amazon España, y allí los encontrarás.
Lloyd Arthur Eshbach fue un escritor y editor estadounidense (Junio 20, 1910, Palm, Pennsylvania – Octubre 29, 2003; Myerstown, Pennsylvania), enamorado de la ciencia ficción. Siendo tan solo un adolescente, descubrió el primer número de Amazing Stories, publicado en 1926; y esto fue como un tesoro caído del cielo. No tardó mucho en adoptar roles más activos. En apenas unos años, concretamente en 1929, logró vender uno de sus relatos a la revista Science Wonder Stories; y a partir de entonces ya no habría quien le parase. Pronto comenzó a cartearse con todo el mundo, y no tardó mucho en ser miembro activo de una incipiente comunidad de aficionados a este género y, en cierto modo, precursores de lo que estaba por venir: «La Edad de Oro de la Ciencia Ficción», comprendida entre los años 1939 y 1946. [Relato publicado integramente en tapa blanda: Maestros del Pulp 3]
Si alguien me preguntase ¿quién es tu escritor pulp preferido?, creo que, sin riesgo a equivocarme, respondería que Bellem. Solo he leido apenas un par de relatos de este autor, es cierto, pero también lo es que ha logrado cautivar mi atención e interés como nadie. Ya en el relato que tradujimos anteriormente «Soy un monstruo», pudimos comprobar lo bien que se le daba contar historias impactantes, de forma concisa y directa, sin necesidad de gastar para ello cientos y cientos de palabras. Lo suyo son los tópicos, y la condensación, pero hay que reconocer que lo hace muy bien. Vale que Lovecraft es un maestro inigualable describiendo atmosferas horripilantes; sí, el súmun del horror cósmico, pero Bellem no necesita una retahila de epítetos infernales para hacernos vibrar; a él le basta con tirar de tópicos, prepararlos a conciencia, y cocinarlos solo como él sabe hacerlo -con muy mala leche, por cierto-. El resultado siempre es fantástico. El relato que sigue es un claro ejemplo. Y citamos a Lovecraft porque tengo la sensación de que, en cierto modo, Bellem trata de parodiarlo; no sé si de forma intencionada, pero con tanto horror tentacular por aquí y por allá, puede dar esa impresión. O quizás no sea más que elucubraciones mías. Sea como fuere, este relato es brutal, pura dinamita y repleto de macabras sorpresas. Jamás ha sido traducido al español, y podrás disfrutar de su lectura completa en nuestro recopilatorio en papel Maestros del Pulp 3, ya a la venta. A continuación os dejamos el primer capítulo, para que te mueras de ganas por leerlo.
John Russell Fearn (1908–1960) fue uno de los escritores británicos más importantes, y uno de los primeros en formar parte de la Era Dorada Pulp Americana, sin embargo, y a pesar de sus numerosas y destacadas contribuciones, no goza de la misma reputación que los grandes maestros, o al menos no es tan conocido, y eso que su obra es realmente meritoria. Quizás, uno de los motivos, como solía ser habitual, lo tendríamos en el uso y abuso de los seudónimos. Entre los más utilizados por el autor, destacan: Vargo Statten, Thornton Ayre, Polton Cross, Geoffrey Armstrong, John Cotton, Dennis Clive, Ephriam Winiki, y Astron Del Martia, entre otros muchos.
Para abrir boca, y para que veáis que seguimos a lo nuestro —esto es difundir la literatura pulp en lengua española—, volvemos a la carga con otra maravillosa traducción. La que sigue, de las pocas obras todavía inéditas en nuestro idioma de William Hope Hodgson (corregidme si me equivoco), será una de las más destacadas que incluiremos en el índice de Maestros del Pulp 3 [NOTA: Edición ya publicada]. Por esta vez no vamos a publicar la obra íntegra en nuestra página web, al menos de momento. Esto es porque si bien la tenemos finalizada, todavía no está corregida (es una traducción muy compleja, con demasiado términos naúticos que debo repasar), y además es muy larga. De hecho, no se trata de un relato, sino de lo que en inglés se denomina como «novelette». Así pues, seguidamente os ofrecemos el primer capítulo, y así mantener viva la expectación por ese tercer recopilatorio en papel, que está por venir, y estoy convencido que os gustará muchísimo. Y bien, ¿de qué va esta historia? Jack Grey es el segundo oficial de la bricbarca «Carlyle», (velero o bergantín de acero con tres palos); un tipo duro cuya tripulación no tiene interés alguno en acatar sus órdenes, especialmente cuando una bella dama embarca en San Francisco… ¡muy mala idea! Un relato ágil y con mucha acción que soprenderá a los fans de este ilustre escritor. NOTA IMPORTANTE: Obra traducida por EMILIO JOSÉ IGLESIAS FERNÁNDEZ ©, sujeta a derechos de traducción (Todos los derechos reservados); y que será incluida en el próximo número impreso de «Maestros del Pulp». Si alguien sabe de alguna traducción previa a la nuestra, por favor, decídnoslo; y si la estás leyendo en otro sitio, que no sea este, o en nuestras publicaciones, también.
Con este relato inauguramos oficialmente la lista de seleccionados para «Maestros del Pulp 3» y, la verdad, me extraña muchísimo que haya permanecido inédito en español hasta el día de hoy, lo cual me llena de satisfacción, por descubrirlo, pero también me inquieta. Tiene que existir alguna traducción previa, solo que yo no la habré encontrado, porque el relato es muy bueno. Bien, ¿y qué tenemos aquí? Pues nada menos que una excelente escritora y sin duda uno de los pesos pesados dentro de la división femenina de Weird Tales: C. L. Moore, Leigh Brackett, Margaret St. Clair, Allison V. Harding, G.G. Pendarves, Greye La Spina, y, como decimos, Mary Elizabeth Counselman; escritora estadounidense que se hizo muy famosa con uno de sus cuentos: «The Three Marked Pennies (1934)», que podemos encontrar traducido en multitud de antologías, sin embargo la autora escribió muchos más. «The Monkey Spoons», que traducimos como «Las cucharas de mono» es un relato rápido, sin adornos superfluos que puedan aburrir al lector. Los ingredientes son característicos, un anticuario, unos jóvenes despistados, y un extraño objeto sobre el que recae todo el peso de la trama. Un tópico que habremos visto cientos de veces, pero siempre hay sitio para una más, sobre todo cuando la historia está bien contada —el comienzo me ha recordado a La Historia Interminable, de Michael Ende; y, como no, a cualquier episodio de Historias de la Cripta—. Debo decir que, de entrada, eso de las «cucharas» me cogió un poco con el pie cambiado, pues no tenía ni idea de a qué demonios se referían. Lo cierto es que se trata de un objeto funerario conmemorativo que solían utilizar los colonos holandeses afincados en Estados Unidos, cuya forma recordaba un poco a la de un mono. Más información aquí: SpoonPlanet. Nunca te acostarás, sin aprender una cosa más; ¿verdad? Espero que disfrutéis el cuento, porque está muy bien. NOTA IMPORTANTE: Obra traducida por EMILIO JOSÉ IGLESIAS FERNÁNDEZ ©, sujeta a derechos de traducción (Todos los derechos reservados); y que será incluida en el próximo número impreso de «Maestros del Pulp». Nota: Si alguien sabe de alguna traducción previa a la nuestra, por favor, decídnoslo; y si la estás leyendo en otro sitio, que no sea este, o en nuestras publicaciones, también.